viernes, 30 de enero de 2009

Escribe sobre mi ( kevans)

Hola, me llamo Guillermo, pero puedes decirme Guille. ¿Te puedo acompañar a tu casa? dime donde vives, ¿me das tu número de cel o tu correo?
Si quieres conquistar mujeres, esa es la única y mejor manera, habla lento y con respeto, muéstrate amable y bizarro. Sería más fácil siendo yo el prototipo de hombre atractivo, rudo y seguro de si mismo con desbordante personalidad. No me preocupa, pues desbordante personalidad es lo que mas poseo. Nadie me mira como a cualquiera, a veces creo que me tienen miedo y eso me fascina, nadie intenta meterse conmigo. Desde que llegué de Chile me dí cuenta que todo es distinto en este país de mierda, donde te miran y etiquetan como la peor huevada. En mi urbanización es aún peor, no me afectan sus cuchicheos, me da gusto ser alguien diferente a todo ese montón zombies sin ideologías.
Hace años me dejo crecer el cabello, hasta hace poco lo tenía hasta el culo, como Daniela Romo, y creánme que fue doloroso cortármelo para donárselo a los niños de neoplásica. Cuando me lo corté, y hago énfasis en eso "sólo hasta los hombros", los maricones de la peluquería, no puedo creer que casi digo "salón", alababan tremenda cantidad de pelo, dijeron que podían hacer una peluca hermosa. Tanta alabanza estimuló mi vanidad, por supuesto no lo vendería por mas necesitado que pudiera estar; además, sería una buena anécdota,la historia de cuando doné mi cabellera a los chicos que no tienen pelo, a las chicas les encanta eso de ser caritativos, nos juran así 'buenos hombres'.
Creerán que soy un arrogante, disculpen, no me doy cuenta cuando lo hago. ¿Se dieron cuenta que aun siendo así, puedo pedir disculpas? No entiendo porque me juzgan de charlatán y mentiroso, ¿acaso no puedo divertir a la gente? Por favor dejen de pensar que soy un idiota, muchas veces me dicen eso, y que también no maduro y soy voluble. No puedo con mi genio, me da risa mentir le a la gente que recién conozco, suelo hacerme el interesante, es que si me vieran con mi cabello largo, mi ropa negra y con mi andar despreocupado, solo falta el lápiz negro en los ojos, pero me llega la mariconada y sobre todo en este país de mierda. Se creen cada tontería que digo, por ejemplo hace poco me encontré con un compañero de escuela, no lo veía hace mucho tiempo y se le ocurrió presentarme a su familia. Me presenté como suelo hacerlo, dando mi nombre y luego al instante, dándoles confianza, les digo que me pueden llamar 'Guille' o 'Gishe' así como los argentinos.Bueno, como les decía, al conocerlos les hice creer que me tiraba a mil mujeres, los estúpidos no me creían, y no los culpo, todos los jóvenes con las hormonas revueltas, como yo y ellos, solemos decir que nos tiramos a todas las putas, tenemos mas de una o en el peor de los casos que nos agarramos a la mas fea cuando estamos borrachos. Pero para mi eso es cualquier huevada, les juré por mi madre y por mi hermana, que me había follado con ella, con mi hermana. Es preciosa, tengo fotos en mi celular, siempre la llevo conmigo, y se que todos se la quieren comer, los tiento. En mi celular tengo fotografías desnudo,algunas con un acercamiento en mis partes intimas; osea, mi pene. Lo tengo pequeño , tanto como mis manos y pies... soy demasiado delgado y mi hermana también.
No me siento mal mintiendo de esa manera, me da gracia ver sus caras, me tildan de depravado, tenía que hacerlo. Para que me crean, tuve que describir todo, cada parte de su cuerpecito delgado y blanco, cada gemido. Confieso que me emocioné mucho, cuando les contaba se me 'paró', sólo por eso me creyeron, al verme tan excitado. Sí, la actuación se me fue de las manos, en estos momentos me siento mal por haberlo hecho, pero ya fue.
Las mujeres me miran mucho, tengo la cara blanca con labios rojos, me los muerdo y les paso la lengua para que se vean mas apetecibles, Ja! mujeres ¿acaso no puedo hacer lo mismo que ustedes? Puedo leer las manos y ver la personalidad de las personas, lo digo para cogerlas porque no se ni un carajo sobre quiromancia ni de brujería, ¡es pura mierda!pero resulta gracioso verlas nerviosas, se ven tontas, curiosas, bonitas, brutas, torpes... ¡sarta de idiotas!
Me desnudo por protesta, fumo hierba y de la mala no me hace daño, me persiguen , me amenazan, me quieren matar.
Estoy aburrido señores, quisiera borrar toda esta porquería que acabo de contar. Estoy deprimido señores, lo he leído tres veces y me siento como un completo imbécil. Realmente me siento muy mal. No quiero continuar. Quiero empezar de nuevo. No quiero ser yo. No me crean por favor, suelo ser un charlatán y mentiroso.

miércoles, 21 de enero de 2009

Pececillos

A mediados de Enero, luego de un almuerzo dominical, Luzmarina se tocó la cabeza. El acondicionador había hecho un buen efecto en cuanto a suavidad, sedocidad y brillo. Sintió como si un pececillo se le escapara de la yema de los dedos, cerró los ojos para concentrarse y sentir a dicho pececillo otra vez, lo hizo, lo hizo, lo sintió otra vez; se tocaba mientras recordaba la pecera que tenía en casa cuando era niña. Le habían regalado una pecera cuando tenía 8 años, le encantaba verlos nadar, comer, defecar, morir. Solía meter la mano dentro de la pecera para poder atrapar a los pececillos, muy pocas veces lograba rozar sus pequeños cuerpecitos suaves y escurridizos. Saltaba de alegría cuando uno se moría y flotaba panza arriba, ya no se movía, y para ella todo era más fácil. Pasaba días con el pececillo muerto, hasta que no se viera o apestara a podrido, luego lo tiraba a la basura, como residuo de pescado de un mercado cualquiera.
Luzmarina abrió los ojos, todavía sentía a los pececillos en la yema de sus dedos, sonrió "niña tonta, ay niña!" y con esa misma sonrisa fue al baño, ya saben, de tanto pensar en agua. Se miraba y cogía a los pececillos en su cabeza, el espejo se reía, el orín mojaba su ropa íntima y calentaba sus piernas. El espejo se reía de Luzmarina, era ella con decenas de agujeros y mechones ralos en su cabeza, estaba volviéndose calva, la piel de su cráneo , suave, tierno, escurridizo. Llenó el lavabo con agua y se sumergió, Luzmarina pensaba en que momento se pondría panza arriba.