"Mi corazón. Mi corazón de fuego .Mi corazón de fuego en el centro de los bosques .Mi corazón de fuego en el centro de los bosques que en verano se abren .Mi corazón de fuego en el centro de los bosques que en verano se abren al fulgor de tu sonrisa. Mi corazón, el fuego y tu sonrisa. Mi corazón eras tú."
Dos para el camino - César de María
Peta y Meta con cariñito por favor. Sabes que no me gusta nuestros nombres de pila. La culpa lo tiene el abuelo al llamarnos así, Petronila y Emérita ¡jaja! No te rías, ¿para qué lo cuentas? Crecimos juntas hasta los ocho años. Es rarísimo ver a alguien idéntico a ti, igualitas. Ella estabas con la tía Mechita y yo con el tío Paco. Nos juntan y nos separan. ¿Crees que fue buena idea? Claro, siento que te amo. Yo igual. La tía Mechita abusaba de mi. El tío Paco necesitaba de mi. Somos ángeles. No creo en ángeles, creo en ti. Yo igual. Sentí un escalofrío. Debe ser por la culpa, tranquila. Es una sensación de libertad. Quince y libres. ¿Qué ocurrió con el tío Paco? Me demoré un poco al ponerle la liga en el brazo, me temblaban las manos, me dolía el cuerpo, me dolía mucho. Siempre me lo pedía, inyectarlo luego de... Lastimarme. Tienes razón, confiaba en ti, cerró los ojos. ¿La dosis fue suficiente? Una onza y media de ácido muriático, lo vi de lejos y luego yo cerré los ojos. Yo igual. ¿La tía Mechita dejó que te secaras? No, todo el agua se escurrió en mi cuerpo, no tienes ropa. A ella le gusta verme desnuda por la casa, me gusta tu ropa, gracias. Ella era muy lista, pero mientras dormía le logre inyectar la dosis real del tío, la vi gozar, babear. Un placer exquisito. La cuerda de la llave fue muy resistente, su cuello parecía de goma. Gracias a dios sólo quizo verte calata. No creo en dios, dame la mano, dame un beso. ¡Ése es nuestro bus! Ya nos tenemos que ir. Deseanos suerte. Hoy cumplimos quince años. Quince y libres.